miércoles, 19 de febrero de 2014

Breve relato histórico del canal de riego de Riobamba


Manuel Nsvarro
     Una de las mayores preocupaciones de nuestra región fue la construcción de un canal de riego  que convierta a  varias de “las llanuras  que circundan a Riobamba convirtiéndolas en paraísos fecundos”. Una de las personas que  tomó la iniciativa fue el ingeniero Manuel Navarro, quien alrededor de año de 1922 comenzó a diseñar y construir  una plataforma sobre la que se excavaría un canal  que conduzca  las aguas del río Chambo.
     
      Según la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso” (1946) la obra que emprendió Manuel Navarro  avanzó un kilómetro, pero se  suspendieron los trabajos, quizás por falta de financiamiento o probablemente  por haber encontrado  extensas y durísimas rocas, que con la tecnología de  ese entonces, eran imposibles atravesarlas, a lo que se debería sumar “la falta de comprensión nacional”.  A criterio de la mencionada revista este esfuerzo sentó las bases para futuros proyectos.  Años después  el Ing. Navarro constituyó  la Sociedad  Empresas Hidráulicas.
           
       Otros proyectos de riego proponían la captación de   las sobras del invierno del río Chibunga, la impermeabilización  de las faldas del Chimborazo, así como la captación profunda de  sus deshielos, la canalización del Chambo. Todos proyectos interesantes, pero imposibles realizarlos por falta de  capitales. 
           
        El  Presidente  José M.  Velasco Ibarra en su primer mandato, (1934 – 1935), ordenó al Ejercito el estudio de la de una posible captación de los deshielos del Chimborazo, pero el proyecto se “adormeció” con la caída de Velasco.
         
         Pasaron los años y las autoridades locales de ese entonces llevaron  a que Riobamba se hundiera; un hecho que ahuyentó tanto a los riobambeños como a los capitales  fue la quiebra de la Sociedad Bancaria del Chimborazo. Empezaron a escasear los víveres, las zonas agrícolas regadas por el Chibunga  llegaron a costar entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra. 
           
         Mientras que los terrenos   regados por el río Chibunga, cercanos a Riobamba, costaban  entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra, el resto de propiedades se  desvalorizaban.  De acuerdo a la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso”,  publicada el año de 1946, la pobreza y la inercia dominaban los hogares riobambeños, a lo que se sumaba la reciente guerra con el Perú (1941) y el  Protocolo de Río de Janeiro (1942), hechos que “aniquilaron la esperanza del pueblo”.
             
            Frente a esta realidad  diez jóvenes riobambeños  (conocidos como “De los Diez”) suscribieron un juramento  en el que se comprometieron a transformar  Riobamba, para cuyo objetivo  trazaron un plan que comprendía obras de: pavimentación, canalización, un hipódromo,  un gimnasio, escuela de artes y oficios, mercados y como metas principales  riego para los campos y electricidad.
            
           En este contexto, se formó la Corporación Nacional de Fomento gracias a un préstamo de cinco millones de dólares  otorgados por el Exinbank al Estado ecuatoriano. El gobierno contrató los estudios correspondientes para la realización de un canal de riego con Ambursen.  Se analizaron  cinco líneas en el río Chambo, finalmente el gobierno   se decidió por la más  alta y que cubría una superficie  de 16.000 hectáreas, con un costo aproximado de  cuarenta y dos millones de sucres; pero, algo común en el Ecuador, no se previó  el financiamiento, debido a que se confió en los capitales de la Corporación de  Fomento, institución que desperdició  sus ingresos en inversiones calificadas  como inútiles.
              
           A más de no contar con los recursos económicos necesarios para la obra, se negó  cualquier tipo de participación del Municipio de Riobamba. Este hecho es visto por el autor del relato como un grave error, puesto que  consideró que el Cabildo era el   organismo  más interesado en la construcción del canal de riego, por todos los beneficios  sociales que generaría esta  obra.
          
         En los estudios realizados por Ambursen, para la construcción del canal de riego en nuestra provincia,  participaron  José Pons Vizcaíno, delegado por la  Corporación  de Fomento, los entonces jóvenes César Arcos  y Bolívar Chiriboga.
            
Tunel del  canal de riego,  año 1945, imagen tomada de Riobamba encrucijada del Progreso
       Con  la llamada “Revolución Gloriosa” del 28 de mayo de 1944  Velasco Ibarra llegó nuevamente al poder  y  José Pons Vizcaíno pasó a ocupar  la Dirección Nacional de Obras Públicas.  Algunos integrantes del grupo “De los Diez”  pasaron a ocupar cargos en el Municipio de Riobamba y otros en la Asamblea Nacional (1944 – 1945) en calidad de Diputados.
             
         Se formó la  Caja Nacional de Riego, la misma   que se constituyó  con un capital de 10´000.000 de sucres, con aportes iguales de la Caja del Seguro y del gobierno. Y otra vez el problema para escoger la línea  de construcción del canal de riego,  la que debía tomar las aguas del río Chambo.
            
         Según la revista “Riobamba encrucijada  del Progreso” los  diez millones de sucres del presupuesto de la Caja  de Riego debían repartirse  en todas las obras de riego del  Ecuador; había  proyectos  en Tumbaco, Portoviejo Santa Elena,  el Pisque, Otavalo, etc.
             
          El Municipio de Riobamba exigió  la ejecución del canal de riego. ¿Pero  qué línea se debía seguir?  El Cabildo riobambeño, con Gonzalo Dávalos  y los representantes  chimboracenses a la Asamblea Nacional  propusieron a la Caja de Riego la ejecución de la obra  desde la parte más alta, plan que  costaba 42 millones de sucres. Finalmente,  se  decidió  contratar  y ejecutar la obra 42  metros  más  alta que la línea de Navarro, a un costo de 8 ´de sucres y que beneficiaba  una superficie de 8.000 hectáreas.  Esta línea  evitaba  una serie de obras   complicadas, que requerían   materiales  imposibles de adquirirlos en el medio.   
          La Asamblea Nacional   de 1944 aprobó un Decreto con el objetivo de buscar  recursos  económicos para el Municipio de Riobamba.  Se publicó   en el Registro Oficial  Nº  172  del 28 de diciembre de 1944  y modificado por otro Decreto  Legislativo divulgado en   el Registro Oficial  Nº  262 del 17 de abril de 1945.

            El mencionado decreto disponía:
Artículo 2. Para financiar la obra de regadío y hasta su total terminación, la Municipalidad del  Cantón Riobamba  hará efectivos los siguientes impuestos a partir del 1° de Enero de 1945:
a.       Veinte centavos de sucre a cada quintal de carga que se reciba o se despache en las Oficinas del Ferrocarril del Sur, en el Cantón  Riobamba; este impuesto no comprende a las mercaderías en tránsito;
b.      Diez centavos por cada galón de gasolina que se venda en el propio Cantón;
c.       Dos por mil adicional sobre el impuesto a la propiedad urbana del mismo Cantón:
d.      Un impuesto  adicional sobre la propiedad rural del indicado Cantón, en la misma cuantía y forma por el percibido  por el Fisco según la Ley de impuestos a la propiedad rural. Para el cómputo de este impuesto y tomando en cuenta su carácter extraordinario, no se concederá la rebaja general de ocho mil sucres determinada en  el Art.  7 del Decreto Ejecutivo N° 635-bis de 18 de agosto de 1944.
e.       Un impuesto adicional de veinte sucres anuales por hectárea, que grabará las propiedades rurales que se beneficien con la obra de riego.  Para los efectos  de la recaudación de los impuestos especificados  en las letras d y e de este artículo, la Dirección de Ingresos situará,  dentro del mes de Enero de cada año, en la Tesorería Municipal del Cantón Riobamba, copia auténtica  de los Catastros  que expida para la recaudación del impuesto a la propiedad  rural que se causare cada año.


CONTINUARÁ

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