Manuel Nsvarro |
Una de las mayores preocupaciones
de nuestra región fue la construcción de un canal de riego que convierta a varias de “las llanuras que circundan a Riobamba convirtiéndolas en
paraísos fecundos”. Una de las personas que
tomó la iniciativa fue el ingeniero Manuel Navarro, quien alrededor de
año de 1922 comenzó a diseñar y construir una plataforma sobre la que se excavaría un
canal que conduzca las aguas del río Chambo.
Según la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso” (1946) la obra que emprendió Manuel Navarro avanzó un kilómetro, pero se suspendieron los trabajos, quizás por falta de financiamiento o probablemente por haber encontrado extensas y durísimas rocas, que con la tecnología de ese entonces, eran imposibles atravesarlas, a lo que se debería sumar “la falta de comprensión nacional”. A criterio de la mencionada revista este esfuerzo sentó las bases para futuros proyectos. Años después el Ing. Navarro constituyó la Sociedad Empresas Hidráulicas.
Otros proyectos de riego proponían la captación de las sobras del invierno del río Chibunga, la impermeabilización de las faldas del Chimborazo, así como la captación profunda de sus deshielos, la canalización del Chambo. Todos proyectos interesantes, pero imposibles realizarlos por falta de capitales.
El Presidente José M. Velasco Ibarra en su primer mandato, (1934 – 1935), ordenó al Ejercito el estudio de la de una posible captación de los deshielos del Chimborazo, pero el proyecto se “adormeció” con la caída de Velasco.
Pasaron los años y las autoridades locales de ese entonces llevaron a que Riobamba se hundiera; un hecho que ahuyentó tanto a los riobambeños como a los capitales fue la quiebra de la Sociedad Bancaria del Chimborazo. Empezaron a escasear los víveres, las zonas agrícolas regadas por el Chibunga llegaron a costar entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra.
Mientras que los terrenos regados por el río Chibunga, cercanos a Riobamba, costaban entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra, el resto de propiedades se desvalorizaban. De acuerdo a la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso”, publicada el año de 1946, la pobreza y la inercia dominaban los hogares riobambeños, a lo que se sumaba la reciente guerra con el Perú (1941) y el Protocolo de Río de Janeiro (1942), hechos que “aniquilaron la esperanza del pueblo”.
Frente a esta realidad diez jóvenes riobambeños (conocidos como “De los Diez”) suscribieron
un juramento en el que se comprometieron
a transformar Riobamba, para cuyo
objetivo trazaron un plan que comprendía
obras de: pavimentación, canalización, un hipódromo, un gimnasio, escuela de artes y oficios,
mercados y como metas principales riego
para los campos y electricidad.
En este contexto, se formó la
Corporación Nacional de Fomento gracias a un préstamo de cinco millones de dólares otorgados por el Exinbank al Estado
ecuatoriano. El gobierno contrató los estudios correspondientes para la
realización de un canal de riego con Ambursen.
Se analizaron cinco líneas en el
río Chambo, finalmente el gobierno se decidió por la más alta y que cubría una superficie de 16.000 hectáreas, con un costo aproximado
de cuarenta y dos millones de sucres;
pero, algo común en el Ecuador, no se previó
el financiamiento, debido a que se confió en los capitales de la
Corporación de Fomento, institución que
desperdició sus ingresos en inversiones
calificadas como inútiles.
A más de no contar con los recursos económicos
necesarios para la obra, se negó
cualquier tipo de participación del Municipio de Riobamba. Este hecho es
visto por el autor del relato como un grave error, puesto que consideró que el Cabildo era el organismo
más interesado en la construcción del canal de riego, por todos los beneficios sociales que generaría esta obra.
En los estudios realizados por Ambursen, para la construcción del canal de riego en nuestra provincia, participaron José Pons Vizcaíno, delegado por la Corporación de Fomento, los entonces jóvenes César Arcos y Bolívar Chiriboga.
Tunel del canal de riego, año 1945, imagen tomada de Riobamba encrucijada del Progreso |
Con
la llamada “Revolución Gloriosa” del 28 de mayo de 1944 Velasco Ibarra llegó nuevamente al poder y José
Pons Vizcaíno pasó a ocupar la Dirección
Nacional de Obras Públicas. Algunos
integrantes del grupo “De los Diez”
pasaron a ocupar cargos en el Municipio de Riobamba y otros en la
Asamblea Nacional (1944 – 1945) en calidad de Diputados.
Se formó la Caja Nacional de Riego, la misma que se constituyó con un capital de 10´000.000 de sucres, con
aportes iguales de la Caja del Seguro y del gobierno. Y otra vez el problema
para escoger la línea de construcción
del canal de riego, la que debía tomar
las aguas del río Chambo.
Según la revista “Riobamba
encrucijada del Progreso” los diez millones de sucres del presupuesto de la
Caja de Riego debían repartirse en todas las obras de riego del Ecuador; había proyectos
en Tumbaco, Portoviejo Santa Elena,
el Pisque, Otavalo, etc.
El Municipio de Riobamba exigió la ejecución del canal de riego. ¿Pero qué línea se debía seguir? El Cabildo riobambeño, con Gonzalo Dávalos y los representantes chimboracenses a la Asamblea Nacional propusieron a la Caja de Riego la ejecución de la obra desde la parte más alta, plan que costaba 42 millones de sucres. Finalmente, se decidió contratar y ejecutar la obra 42 metros más alta que la línea de Navarro, a un costo de 8 ´de sucres y que beneficiaba una superficie de 8.000 hectáreas. Esta línea evitaba una serie de obras complicadas, que requerían materiales imposibles de adquirirlos en el medio.
La Asamblea Nacional de 1944
aprobó un Decreto con el objetivo de buscar recursos
económicos para el Municipio de Riobamba. Se publicó en el Registro Oficial Nº 172
del 28 de diciembre de 1944 y modificado por otro Decreto Legislativo divulgado en el
Registro Oficial Nº 262 del 17 de abril de 1945.
El mencionado decreto disponía:
Artículo 2. Para financiar la obra de regadío y hasta su total
terminación, la Municipalidad del Cantón
Riobamba hará efectivos los siguientes
impuestos a partir del 1° de Enero de 1945:
a.
Veinte centavos de sucre a cada
quintal de carga que se reciba o se despache en las Oficinas del Ferrocarril
del Sur, en el Cantón Riobamba; este
impuesto no comprende a las mercaderías en tránsito;
b.
Diez centavos por cada galón de
gasolina que se venda en el propio Cantón;
c.
Dos por mil adicional sobre el
impuesto a la propiedad urbana del mismo Cantón:
d.
Un impuesto adicional sobre la propiedad rural del
indicado Cantón, en la misma cuantía y forma por el percibido por el Fisco según la Ley de impuestos a la
propiedad rural. Para el cómputo de este impuesto y tomando en cuenta su
carácter extraordinario, no se concederá la rebaja general de ocho mil sucres
determinada en el Art. 7 del Decreto Ejecutivo N° 635-bis de 18 de
agosto de 1944.
e.
Un impuesto adicional de veinte
sucres anuales por hectárea, que grabará las propiedades rurales que se
beneficien con la obra de riego. Para
los efectos de la recaudación de los
impuestos especificados en las letras d
y e de este artículo, la Dirección de Ingresos situará, dentro del mes de Enero de cada año, en la
Tesorería Municipal del Cantón Riobamba, copia auténtica de los Catastros que expida para la recaudación del impuesto a
la propiedad rural que se causare cada
año.
CONTINUARÁ
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