domingo, 12 de octubre de 2014

Avisos y propagandas "In illo tempore"

Programa de Inauguración de la Basílica. Archivo: UESFN

Avisos que aparecieron en diferentes  medios escritos de nuestro país.
Tomada de Revista Destellos, 1941.
Tomado de la Revista Destellos, 1941.
Tomado de la Revista Destellos, 1941.
Tomado de la Revista Destellos, 1941
Tomado de La Vida de  Cada Día, El Ecuador en Avisos del Banco Central del Ecuador
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Tomado de La Vida de  Cada Día, El Ecuador en Avisos del Banco Central del Ecuador

lunes, 21 de abril de 2014

Exposición "In Nomine Iesu"

Exposición In Nomine Iesu en el San Felipe

Lenín Garcés Viteri realzia una reseña histórica sobre los jesuitas en Riobamba

Imágenes del San Felipe en la  exposición In Nomine Iesu
24 de abril, apertura de la exposición In Nomine Iesu

sábado, 19 de abril de 2014

De bandas de guerra a bandas rítmicas


[1]        
1945, banda de guerra del Colegio  San Felipe, archivo UE  SFN
 
Cada 21 de abril, y desde  hace décadas, se realiza en Riobamba  el Desfile Cívico, en el recorren por las calles de la ciudad, principalmente, los estudiantes de nivel medio.  La historia de  las sociedades, dice el historiador ecuatoriano  Ángel Emilio Hidalgo[2],   se plasma  en la cotidianidad, a partir de expresiones de sociabilidad. El concepto clave para entender la vida cotidiana es ritualidad, que es vista como  el conjunto de acciones, uso y prácticas dotadas de sentido, que los individuos las realizan con frecuencia, dentro del marco de lo que se denomina reproducción social.
Banda de guerra del STAR atravesando la calloe 10 de Agosto. Archivo: UE STAR
            Parte importante de este ritual y vida cotidiana son las conmemoraciones de las efemérides patrias, que de acuerdo al  español   Mario Carretero[3], ocupan un papel significativo en  todos los sistemas educativos  iberoamericanos, los mismos que contribuyen de manera decisiva en la construcción de la identidad  nacional, que la ser un producto cultural es artificial y se sostiene sobre seres simbólicos inventados, lo que nos recuerda a Benedict Anderson y sus  “comunidades inventadas.”  Para Olga Hoyos y Cristina del Barrio en el campo del conocimiento social, el proceso  de construcción personal de la identidad nacional ilustra la génesis del individuo  como pensador político y contribuye a comprender  su conducta como ciudadano.
1954, banda de guerra del Colegio Riobamba, archivo de Gonzalo Bonilla
            Las celebraciones de las efemérides escolares, al contribuir con la creación de la identidad nacional, tienen un carácter naturalizado  en la mente de los alumnos docentes, lo que a  menudo impide   que puedan dejar de concebir su existencia. Un ritual  que se repite anualmente en Riobamba es el  desfile del 21 de abril, llamado tradicionalmente Cívico – Militar; un componente de esta marcha abrileña son las bandas rítmicas  que comúnmente  se las llaman de guerra.
           
1949, banda de guerra del Colegio Santa Mariana de Jesús
Las  bandas de guerra, relata una investigación de la Escuela del  Comando  y Estado Mayor de Bolivia,  acompañan a los hombres de armas desde hace centurias. Entre  los egipcios, griegos, hunos y otras etnias el cuerno se utilizó, como instrumento para dar órdenes de ataque, aunque se puede considerar a la tuba romana (especie de trompa metálica) como el verdadero antecesor de los actuales instrumentos de banda; los romanos poseían un código de cuarenta y tres toques militares que se ejecutaban con este instrumento, con lo que llegamos al segundo propósito de los instrumentos militares: la transmisión de órdenes.

            Años  después hizo su aparición el otro instrumento clásico: el tambor; no obstante, la intención de producir sonidos, no solamente con el aliento, es más antigua que el tambor. Una vez perfeccionados los tambores o timbales, su sonido, junto al de los instrumentos de viento, hizo aparecer un tercer elemento en el campo de batalla: el ritmo, ya que con su cadencia las tropas se desplazaban a través del combate, tal como ahora lo hacen en tiempo de paz, en desfiles y paradas militares.
1970, banda de guerra del Colegio  Maldonado, archivo Jorge Viteri C.
         Según la Escuela de  Comando  y Estado Mayor de Bolivia,  estas bandas, compuestas es sus inicios únicamente por los instrumentos de percusión, fueron ampliándose poco a poco con la incorporación de nuevos instrumentos; en 1762, las nuevas bandas militares francesas incluían dos clarinetes, cifra que para 1810 había aumentado a diecinueve y poco después hacía su aparición los sacabuches (antecesores de los actuales trombones).

            La música militar se consolidó a partir de entonces, como elemento clave, en el campo de batalla, bajo sus marciales notas marcharon y combatieron los ejércitos de Napoleón, las tropas norteamericanas durante la Guerra de Secesión.   
            Las bandas de guerra en los desfiles de Riobamba, que hasta la década de los 60 se  realizaban el 21 de abril y el 11 de noviembre, fueron evolucionando. A través de una serie de fotografías podemos observar que  en la década de  los años 40 del siglo XX los integrantes  de las mismas no pasaban de 10 personas y estaban formadas por tambores y cornetas, acompañados de  un cachiporrero; después  se integraron  otros instrumentos como: el bombo, los platillos,  los flautines,  las  liras. La mayoría de estas bandas siempre han  interpretado, y aún lo siguen haciendo, marchas militares.

            El ex Ministro de Educación Raúl Vallejo mediante Acuerdo No 166 del 2007, en el artículo 4  dispuso  la transformación de las “Bandas de Guerra” en “Bandas de Música Estudiantiles”, “según lo dispuesto en el acuerdo ministerial N.- 2036, de 30 de julio del 2002, con enfoque de integración, formación y civismo, que posibilite la práctica y reflexión de valores cívicos y ciudadanos. Así mismo que se innoven los repertorios musicales con canciones propias del país y de Latinoamérica, de tal manera que se propenda a una cultura de recuperación de la identidad nacional y regional.”
           
Ca. 1960 honores de  la banda de guerra del Colegio San Felipe. Archivo: UE
Las bandas de guerra de los colegios tradicionales de Riobamba, que en sus inicios fueron de varones, al  entrar en el proceso de coeducación mantuvieron a las bandas solo con hombres. Sin embargo,  el Instituto Tecnológico Carlos Cisneros, la Unidad Educativa Santo Tomás Apóstol, 
la Unidad Educativa San Felipe Neri, permitieron el ingreso de  mujeres a sus respectivas bandas.   .

Este tipo de decisiones y cambios han traído los reclamos y protestas, sobre todo de ex – alumnos, que  argumentando,  sin fundamento, que más importe que la integración de las señoritas a las bandas es la tradición, se oponen a esta nueva visión y acción de las bandas. 

            Quedan algunos aspectos que deberán ser analizados como las marchas que interpretan estas bandas, que aún siguen siendo militares; el desfile del 21 de abril es aún monótono y repetitivo.  Este ritual es algo que debería cambiar; no solo se viven de las tradiciones.

ARCHIVOS:

-          Unidad Educativa “San Felipe Neri” Riobamba  (UESFN)

-          Unidad Educativa Santo Tomás Apóstol  Riobamba (UESTAR)

-          Doctor Gonzalo Bonilla

-          Licenciado Jorge Enrique Viteri C.



[1] Agradezco la gentileza de:  P. Fernando Moyota, S.J., ex Rector de la UESFN, P. Manuel Hidalgo, SDB, Director de la UESTAR, por permitirme el ingreso a sus respectivos archivos. Del mismo modo,  hago extensivo mi agradecimiento a Gonzalo Bonilla y Jorge Enrique Viteri, Carlos Aimacaña, Marco Jaramillo
[2] Ángel Hidalgo, Entre dos aguas, Manta, editorial Mar Abierto, 2011, p. 36.
[3] Mario Carretero,  Alberto Rosa y M- Fernanda  González (compiladores), Enseñanza de la Historia y memoria colectiva,  Buenos Aires, Paidos, 2006, págs... 171 – 172.

lunes, 14 de abril de 2014

Exposición "In Nomine Iesu" en Riobamba

Capilla de la UE San Felipe Neri, lista para el montaje

Colegio San Felipe años 40.

            El 7 de agosto de este año, 2014, se celebrarán  los 200 años de la restauración de la Compañía de Jesús, orden religiosa aprobada en el pontificado de  Pablo III, el año de 1540 por el vasco Ignacio de Loyola y que fue extinguida el año 1773.  

También este año se recuerdan  los 150 años del retorno de los jesuitas a Riobamba.  Por estas razones la Fundación Iglesia de la Compañía de Jesús de la ciudad de Quito y la Unidad Educativa San Felipe Neri organizan la exposición itinerante “In Nómine Iesu”, los jesuitas en el Ecuador.

“In nomine Iesu, los jesuitas en el Ecuador” es un proyecto  museológico que reconstruye, desde la nueva museología, la historia, la trayectoria y aporte de los jesuitas en nuestro país.


Según  Diego Santander, Director  Ejecutivo de la Fundación Iglesia de  La Compañía de Jesús, la muestra presenta los eventos sucedidos desde la llegada de los religiosos jesuitas, en 1586, hasta su expulsión en 1767.  Luego se aprecia a los jesuitas y la naciente república, así como su aporte en la construcción del Ecuador. La fundación del Colegio Máximo, la Escuela Politécnica, el Observatorio, y el aporte a la ciencia y la tecnología, son parte esencial del proyecto. Conjuntos escultóricos de la escuela quiteña, objetos científicos del siglo XIX, así como cuadros, ilustraciones y videos, abren una nueva perspectiva para el conocimiento y reflexión de sobre los jesuitas, el país y nosotros mismos. También se   pondrán en consideración de la ciudadanía  varios objetos antiguos y patrimoniales de la Unidad Educativa San Felipe Neri como: las reliquias del P. Emilio  Moscoso, S.J.,  aparatos de la primera emisora del Ecuador, Radio El Prado, fotografías históricas de la trayectoria del San Felipe, etc.


Octubre de 1955, llegada del cuadro del Milagro de la Dolorosa a Riobamba. Lleva el cuadro Mons. Leonidas Proaño.
La exposición  se abrirá a  la ciudad de Riobamba el 24 de abril  a las 19h00 en la Capilla del plantel jesuita y permanecerá abierta hasta  mediados del mes de junio, inclusive  los fines de semana; la entrada  es gratuita.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Breve relato histórico del canal de riego de Riobamba


Manuel Nsvarro
     Una de las mayores preocupaciones de nuestra región fue la construcción de un canal de riego  que convierta a  varias de “las llanuras  que circundan a Riobamba convirtiéndolas en paraísos fecundos”. Una de las personas que  tomó la iniciativa fue el ingeniero Manuel Navarro, quien alrededor de año de 1922 comenzó a diseñar y construir  una plataforma sobre la que se excavaría un canal  que conduzca  las aguas del río Chambo.
     
      Según la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso” (1946) la obra que emprendió Manuel Navarro  avanzó un kilómetro, pero se  suspendieron los trabajos, quizás por falta de financiamiento o probablemente  por haber encontrado  extensas y durísimas rocas, que con la tecnología de  ese entonces, eran imposibles atravesarlas, a lo que se debería sumar “la falta de comprensión nacional”.  A criterio de la mencionada revista este esfuerzo sentó las bases para futuros proyectos.  Años después  el Ing. Navarro constituyó  la Sociedad  Empresas Hidráulicas.
           
       Otros proyectos de riego proponían la captación de   las sobras del invierno del río Chibunga, la impermeabilización  de las faldas del Chimborazo, así como la captación profunda de  sus deshielos, la canalización del Chambo. Todos proyectos interesantes, pero imposibles realizarlos por falta de  capitales. 
           
        El  Presidente  José M.  Velasco Ibarra en su primer mandato, (1934 – 1935), ordenó al Ejercito el estudio de la de una posible captación de los deshielos del Chimborazo, pero el proyecto se “adormeció” con la caída de Velasco.
         
         Pasaron los años y las autoridades locales de ese entonces llevaron  a que Riobamba se hundiera; un hecho que ahuyentó tanto a los riobambeños como a los capitales  fue la quiebra de la Sociedad Bancaria del Chimborazo. Empezaron a escasear los víveres, las zonas agrícolas regadas por el Chibunga  llegaron a costar entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra. 
           
         Mientras que los terrenos   regados por el río Chibunga, cercanos a Riobamba, costaban  entre 40.000 y 50.000 sucres la cuadra, el resto de propiedades se  desvalorizaban.  De acuerdo a la revista “Riobamba Encrucijada del Progreso”,  publicada el año de 1946, la pobreza y la inercia dominaban los hogares riobambeños, a lo que se sumaba la reciente guerra con el Perú (1941) y el  Protocolo de Río de Janeiro (1942), hechos que “aniquilaron la esperanza del pueblo”.
             
            Frente a esta realidad  diez jóvenes riobambeños  (conocidos como “De los Diez”) suscribieron un juramento  en el que se comprometieron a transformar  Riobamba, para cuyo objetivo  trazaron un plan que comprendía obras de: pavimentación, canalización, un hipódromo,  un gimnasio, escuela de artes y oficios, mercados y como metas principales  riego para los campos y electricidad.
            
           En este contexto, se formó la Corporación Nacional de Fomento gracias a un préstamo de cinco millones de dólares  otorgados por el Exinbank al Estado ecuatoriano. El gobierno contrató los estudios correspondientes para la realización de un canal de riego con Ambursen.  Se analizaron  cinco líneas en el río Chambo, finalmente el gobierno   se decidió por la más  alta y que cubría una superficie  de 16.000 hectáreas, con un costo aproximado de  cuarenta y dos millones de sucres; pero, algo común en el Ecuador, no se previó  el financiamiento, debido a que se confió en los capitales de la Corporación de  Fomento, institución que desperdició  sus ingresos en inversiones calificadas  como inútiles.
              
           A más de no contar con los recursos económicos necesarios para la obra, se negó  cualquier tipo de participación del Municipio de Riobamba. Este hecho es visto por el autor del relato como un grave error, puesto que  consideró que el Cabildo era el   organismo  más interesado en la construcción del canal de riego, por todos los beneficios  sociales que generaría esta  obra.
          
         En los estudios realizados por Ambursen, para la construcción del canal de riego en nuestra provincia,  participaron  José Pons Vizcaíno, delegado por la  Corporación  de Fomento, los entonces jóvenes César Arcos  y Bolívar Chiriboga.
            
Tunel del  canal de riego,  año 1945, imagen tomada de Riobamba encrucijada del Progreso
       Con  la llamada “Revolución Gloriosa” del 28 de mayo de 1944  Velasco Ibarra llegó nuevamente al poder  y  José Pons Vizcaíno pasó a ocupar  la Dirección Nacional de Obras Públicas.  Algunos integrantes del grupo “De los Diez”  pasaron a ocupar cargos en el Municipio de Riobamba y otros en la Asamblea Nacional (1944 – 1945) en calidad de Diputados.
             
         Se formó la  Caja Nacional de Riego, la misma   que se constituyó  con un capital de 10´000.000 de sucres, con aportes iguales de la Caja del Seguro y del gobierno. Y otra vez el problema para escoger la línea  de construcción del canal de riego,  la que debía tomar las aguas del río Chambo.
            
         Según la revista “Riobamba encrucijada  del Progreso” los  diez millones de sucres del presupuesto de la Caja  de Riego debían repartirse  en todas las obras de riego del  Ecuador; había  proyectos  en Tumbaco, Portoviejo Santa Elena,  el Pisque, Otavalo, etc.
             
          El Municipio de Riobamba exigió  la ejecución del canal de riego. ¿Pero  qué línea se debía seguir?  El Cabildo riobambeño, con Gonzalo Dávalos  y los representantes  chimboracenses a la Asamblea Nacional  propusieron a la Caja de Riego la ejecución de la obra  desde la parte más alta, plan que  costaba 42 millones de sucres. Finalmente,  se  decidió  contratar  y ejecutar la obra 42  metros  más  alta que la línea de Navarro, a un costo de 8 ´de sucres y que beneficiaba  una superficie de 8.000 hectáreas.  Esta línea  evitaba  una serie de obras   complicadas, que requerían   materiales  imposibles de adquirirlos en el medio.   
          La Asamblea Nacional   de 1944 aprobó un Decreto con el objetivo de buscar  recursos  económicos para el Municipio de Riobamba.  Se publicó   en el Registro Oficial  Nº  172  del 28 de diciembre de 1944  y modificado por otro Decreto  Legislativo divulgado en   el Registro Oficial  Nº  262 del 17 de abril de 1945.

            El mencionado decreto disponía:
Artículo 2. Para financiar la obra de regadío y hasta su total terminación, la Municipalidad del  Cantón Riobamba  hará efectivos los siguientes impuestos a partir del 1° de Enero de 1945:
a.       Veinte centavos de sucre a cada quintal de carga que se reciba o se despache en las Oficinas del Ferrocarril del Sur, en el Cantón  Riobamba; este impuesto no comprende a las mercaderías en tránsito;
b.      Diez centavos por cada galón de gasolina que se venda en el propio Cantón;
c.       Dos por mil adicional sobre el impuesto a la propiedad urbana del mismo Cantón:
d.      Un impuesto  adicional sobre la propiedad rural del indicado Cantón, en la misma cuantía y forma por el percibido  por el Fisco según la Ley de impuestos a la propiedad rural. Para el cómputo de este impuesto y tomando en cuenta su carácter extraordinario, no se concederá la rebaja general de ocho mil sucres determinada en  el Art.  7 del Decreto Ejecutivo N° 635-bis de 18 de agosto de 1944.
e.       Un impuesto adicional de veinte sucres anuales por hectárea, que grabará las propiedades rurales que se beneficien con la obra de riego.  Para los efectos  de la recaudación de los impuestos especificados  en las letras d y e de este artículo, la Dirección de Ingresos situará,  dentro del mes de Enero de cada año, en la Tesorería Municipal del Cantón Riobamba, copia auténtica  de los Catastros  que expida para la recaudación del impuesto a la propiedad  rural que se causare cada año.


CONTINUARÁ