sábado, 19 de abril de 2014

De bandas de guerra a bandas rítmicas


[1]        
1945, banda de guerra del Colegio  San Felipe, archivo UE  SFN
 
Cada 21 de abril, y desde  hace décadas, se realiza en Riobamba  el Desfile Cívico, en el recorren por las calles de la ciudad, principalmente, los estudiantes de nivel medio.  La historia de  las sociedades, dice el historiador ecuatoriano  Ángel Emilio Hidalgo[2],   se plasma  en la cotidianidad, a partir de expresiones de sociabilidad. El concepto clave para entender la vida cotidiana es ritualidad, que es vista como  el conjunto de acciones, uso y prácticas dotadas de sentido, que los individuos las realizan con frecuencia, dentro del marco de lo que se denomina reproducción social.
Banda de guerra del STAR atravesando la calloe 10 de Agosto. Archivo: UE STAR
            Parte importante de este ritual y vida cotidiana son las conmemoraciones de las efemérides patrias, que de acuerdo al  español   Mario Carretero[3], ocupan un papel significativo en  todos los sistemas educativos  iberoamericanos, los mismos que contribuyen de manera decisiva en la construcción de la identidad  nacional, que la ser un producto cultural es artificial y se sostiene sobre seres simbólicos inventados, lo que nos recuerda a Benedict Anderson y sus  “comunidades inventadas.”  Para Olga Hoyos y Cristina del Barrio en el campo del conocimiento social, el proceso  de construcción personal de la identidad nacional ilustra la génesis del individuo  como pensador político y contribuye a comprender  su conducta como ciudadano.
1954, banda de guerra del Colegio Riobamba, archivo de Gonzalo Bonilla
            Las celebraciones de las efemérides escolares, al contribuir con la creación de la identidad nacional, tienen un carácter naturalizado  en la mente de los alumnos docentes, lo que a  menudo impide   que puedan dejar de concebir su existencia. Un ritual  que se repite anualmente en Riobamba es el  desfile del 21 de abril, llamado tradicionalmente Cívico – Militar; un componente de esta marcha abrileña son las bandas rítmicas  que comúnmente  se las llaman de guerra.
           
1949, banda de guerra del Colegio Santa Mariana de Jesús
Las  bandas de guerra, relata una investigación de la Escuela del  Comando  y Estado Mayor de Bolivia,  acompañan a los hombres de armas desde hace centurias. Entre  los egipcios, griegos, hunos y otras etnias el cuerno se utilizó, como instrumento para dar órdenes de ataque, aunque se puede considerar a la tuba romana (especie de trompa metálica) como el verdadero antecesor de los actuales instrumentos de banda; los romanos poseían un código de cuarenta y tres toques militares que se ejecutaban con este instrumento, con lo que llegamos al segundo propósito de los instrumentos militares: la transmisión de órdenes.

            Años  después hizo su aparición el otro instrumento clásico: el tambor; no obstante, la intención de producir sonidos, no solamente con el aliento, es más antigua que el tambor. Una vez perfeccionados los tambores o timbales, su sonido, junto al de los instrumentos de viento, hizo aparecer un tercer elemento en el campo de batalla: el ritmo, ya que con su cadencia las tropas se desplazaban a través del combate, tal como ahora lo hacen en tiempo de paz, en desfiles y paradas militares.
1970, banda de guerra del Colegio  Maldonado, archivo Jorge Viteri C.
         Según la Escuela de  Comando  y Estado Mayor de Bolivia,  estas bandas, compuestas es sus inicios únicamente por los instrumentos de percusión, fueron ampliándose poco a poco con la incorporación de nuevos instrumentos; en 1762, las nuevas bandas militares francesas incluían dos clarinetes, cifra que para 1810 había aumentado a diecinueve y poco después hacía su aparición los sacabuches (antecesores de los actuales trombones).

            La música militar se consolidó a partir de entonces, como elemento clave, en el campo de batalla, bajo sus marciales notas marcharon y combatieron los ejércitos de Napoleón, las tropas norteamericanas durante la Guerra de Secesión.   
            Las bandas de guerra en los desfiles de Riobamba, que hasta la década de los 60 se  realizaban el 21 de abril y el 11 de noviembre, fueron evolucionando. A través de una serie de fotografías podemos observar que  en la década de  los años 40 del siglo XX los integrantes  de las mismas no pasaban de 10 personas y estaban formadas por tambores y cornetas, acompañados de  un cachiporrero; después  se integraron  otros instrumentos como: el bombo, los platillos,  los flautines,  las  liras. La mayoría de estas bandas siempre han  interpretado, y aún lo siguen haciendo, marchas militares.

            El ex Ministro de Educación Raúl Vallejo mediante Acuerdo No 166 del 2007, en el artículo 4  dispuso  la transformación de las “Bandas de Guerra” en “Bandas de Música Estudiantiles”, “según lo dispuesto en el acuerdo ministerial N.- 2036, de 30 de julio del 2002, con enfoque de integración, formación y civismo, que posibilite la práctica y reflexión de valores cívicos y ciudadanos. Así mismo que se innoven los repertorios musicales con canciones propias del país y de Latinoamérica, de tal manera que se propenda a una cultura de recuperación de la identidad nacional y regional.”
           
Ca. 1960 honores de  la banda de guerra del Colegio San Felipe. Archivo: UE
Las bandas de guerra de los colegios tradicionales de Riobamba, que en sus inicios fueron de varones, al  entrar en el proceso de coeducación mantuvieron a las bandas solo con hombres. Sin embargo,  el Instituto Tecnológico Carlos Cisneros, la Unidad Educativa Santo Tomás Apóstol, 
la Unidad Educativa San Felipe Neri, permitieron el ingreso de  mujeres a sus respectivas bandas.   .

Este tipo de decisiones y cambios han traído los reclamos y protestas, sobre todo de ex – alumnos, que  argumentando,  sin fundamento, que más importe que la integración de las señoritas a las bandas es la tradición, se oponen a esta nueva visión y acción de las bandas. 

            Quedan algunos aspectos que deberán ser analizados como las marchas que interpretan estas bandas, que aún siguen siendo militares; el desfile del 21 de abril es aún monótono y repetitivo.  Este ritual es algo que debería cambiar; no solo se viven de las tradiciones.

ARCHIVOS:

-          Unidad Educativa “San Felipe Neri” Riobamba  (UESFN)

-          Unidad Educativa Santo Tomás Apóstol  Riobamba (UESTAR)

-          Doctor Gonzalo Bonilla

-          Licenciado Jorge Enrique Viteri C.



[1] Agradezco la gentileza de:  P. Fernando Moyota, S.J., ex Rector de la UESFN, P. Manuel Hidalgo, SDB, Director de la UESTAR, por permitirme el ingreso a sus respectivos archivos. Del mismo modo,  hago extensivo mi agradecimiento a Gonzalo Bonilla y Jorge Enrique Viteri, Carlos Aimacaña, Marco Jaramillo
[2] Ángel Hidalgo, Entre dos aguas, Manta, editorial Mar Abierto, 2011, p. 36.
[3] Mario Carretero,  Alberto Rosa y M- Fernanda  González (compiladores), Enseñanza de la Historia y memoria colectiva,  Buenos Aires, Paidos, 2006, págs... 171 – 172.

No hay comentarios:

Publicar un comentario